Érase una vez una princesa muy guapa y
graciosa que vivía en un precioso castillo cerca de la montaña y a
unos 10m de altitud. Su casa era grande y extensa, y tenía un precioso color
rosa llamado rosa.
Esta es la historia de un príncipe y
de una princesa que vivían en un espacio pequeño junto a un valle
lleno de flores.
Él era un poco pobre porque no tenía
dinero, y ella le solía decir que no pasaba nada.
Un día, al amanecer, cuando ambos
corrían en casa ocurrió algo increíble:
Un duende apareció de la nada y le
dijo que no se preocupara que su vida iba a cambiar, pero que debía
esperar.
Desde entonces su vida fue mucho mejor
y decidieron que se comprarían un bonito castillo.